Cuando
el Seño r cambió la suerte de Sion, *
nos
parecía soñar:
la
boca se nos llenaba de risas, *
la
lengua de cantares.
Hasta
los gentiles decían: *
«El
Seño r ha estado grande con ellos.»
El
Seño r ha estado grande con nosotros, *
y
estamos alegres.
Queᴗel
Seño r cambie nuestra suerte, *
como
los torrentes del Negueb.
Los
que sembraban con lágrimas *
cosechan
entre cantares.
Al
i r, iba llorando, *
llevando
la semilla;
al
volve r, vuelve cantando, *
trayendo
sus gavillas.
[(MÚSICA)]