Salmo 104


Dad gracias al Seño r, invocad su nombre, *
dad a conocer sus hazañas a los pueblos.
Cantadle al son de instrumentos, *
hablad de sus maravillas,
gloriaos de su nombre santo, *
que se alegre n los que buscan al Señor.
Recurrid al Seño r y a su poder, *
buscad continuamente su rostro.
Recorda[ d
las maravillas que hizo, *
sus prodigio s, las sentencias de su boca.
¡Estirpe de Abrahá n, su siervo; *
hijos de Jaco b, su elegido!
El Seño r es nuestro Dios, *
É l gobierna toda la tierra.
Se acuerda de su alianza eternamente, *
de la palabra dada , por mil generaciones;
de laᴗalianza sellada con Abrahán, *
del juramento hecho a Isaac,
confirmado como ley para Jacob, *
como alianza eterna para Israel:
«A ti te daréᴗel país cananeo, *
como lote de vuestra heredad.»
Cuando eran unos pocos mortale s, contados, *
y forasteros en el país,
cuando erraban de pueblo en pueblo, *
de un reino a otra nación,
a nadie permitió
que los molestase, *
y por ellos casti a reyes:
«No toquéis a mis ungidos, *
no hagáis mal a mis profetas.»
Llamó al hambre sobre aquella tierra: *
cortando el sustento de pan;
por delante había enviado a un hombre, *
a José , vendido como esclavo;
le trabaron los pies con grillos, *
le metieron el cuello en laᴗargolla,
hasta que se cumplió su predicción, *
y la palabra del Seño r lo acreditó.
El re lo mandó  desatar, *
el señor de pueblos le abrió  la prisión,
lo nombró administrador de su casa, *
señor de todas sus posesiones,
para que a su gusto instruyera ' a los príncipes *
y enseñase sabiduría ' a los ancianos.
Entonces Israel entró en Egipto, *
Jacob se hospedó en la tierra de Cam.
Dio s hizo a su pueblo muy fecundo, *
más poderoso que sus enemigos.
A éstos les cambió el corazón
para que odiasen a su pueblo, *
y usaran malas artes con sus siervos.
Pero envió a Moisé s, su siervo, *
y a ' Aaró n, su escogido,
que hicieron contra ellos sus signos, *
prodigios en la tierra de Cam.
Envió la oscurida d, y oscureció, *
pero ellos resistieron a sus palabras;
convirtió sus aguas en sangre, *
y dio muerte a sus peces;
su tierra pululaba de ranas, *
hasta en laᴗalcoba de l rey.
Ordenó  que vinieran tábanos y mosquitos *
por todo el territorio;
les dio en vez de lluvia granizo, *
llamas de fuego por su tierra;
e hirió higueras y viñas, *
tronchó los árboles del país.
Ordenó  que viniera la langosta, *
saltamontes innumerables,
que roían la hierba de su tierra, *
y devoraron los frutos de sus campos.
Hirió de muerte a los primonitos del país, *
primicias de su virilidad.
Sacó a su pueblo cargado de oro y plata, *
y entre sus tribus nadie tropezaba;
los egipcios se alegraban de su marcha, *
porque los había sobrecogido el terror.
Tendió una nub que los cubriese, *
y un fuego que los alumbrase de noche.
Lo pidieron,
y envió codornices, *
los sació con pan del cielo;
hendió la peña,
y brotaron las aguas, *
que corrieron en ríos por el desierto.
Porque se acordaba de la palabra sagrada *
que había dado a su siervo Abrahán,
sacó a su pueblo con alegría, *
a sus escogidos con gritos de triunfo.
Les asignó las tierras de los gentiles,
y poseyeron las haciendas de las naciones: *
para que guarden sus decreto s, y cumplan s ley.

[(MÚSICA)]