Salmo 118


Dichoso el que , con vida intachable, *
camina en la volunta d del Señor;
dichoso el que , guardando sus preceptos, *
lo busca de todo corazón;
el que , sin cometer iniquidad, *
anda por sus senderos.
Tú  promulgas tus decretos *
para que se observen exactamente.
Ojalá esté firme mi camino, *
para cumpli r tus consignas;
entonces no senti vergüenza *
al mira r tus mandatos.
Te alabaré con sincero corazón *
cuando aprenda tus justos mandamientos.
Quiero guardar tus leyes exactamente, *
Tú , no me abandones.
¿Có mo podrá un joven andar honestamente? *
Cumpliendo tus palabras.
Te busco de todo corazón, *
no consienta s que me desvíe de tus mandamientos.
En mi corazón escondo tus consignas, *
así no pecaré  contra Ti.
Bendito ere s, Señor, *
enséñame tus leyes.
Mis labios van enumerando los mandamientos de tu boca; *
mi alegría es el camino de tus precepto s, más que todas las riquezas.
Medito tus decretos, *
y me fijo en tus sendas;
tu voluntad es mi delicia, *
noᴗolvidaré  tus palabras.
Haz bien a tu siervo: *
viviré  y cumpliré  tus palabras;
ábreme los ojos, *
y contemplaré las maravillas de tu voluntad;
soy un forastero en la tierra: *
no me ocultes tus promesas.
Mi alma se consume, *
deseando continuamente tus mandamientos;
reprendes a los soberbios, *
malditos los que se apartan de tus mandatos.
Aleja de mí las afrentas y el desprecio, *
porque observo tus preceptos;
aunque los nobles se siente n a murmurar de mí, *
tu siervo medita tus leyes;
tus preceptos son mi delicia, *
tus decretos son mis consejeros.
Mi alma está pegadaᴗal polvo: *
reanímame con tus palabras;
teᴗexpliqué mi camino,
y meᴗescuchaste: *
enséñame tus leyes;
instrúyemeᴗen el camino de tus decretos, *
y meditaré tus maravillas.
Mi alma llora de tristeza, *
consuélame con tus promesas;
apártame del camino falso, *
y dame la gracia de tu voluntad;
escogí el camino verdadero, *
deseé tus mandamientos.
Me apegué a tus preceptos, *
Seño r, n me defraudes;
correré por el camino de tus mandatos *
cuando meᴗensanches el corazón.
Muéstrame , Seño r, el camino de tus leyes, *
y lo seguiré  puntualmente;
enséñam a cumplir tu voluntad *
y a guardarla de todo corazón;
guíame por la senda de tus mandatos, *
porque ' ella es mi gozo.
Inclina mi corazón a tus preceptos, *
y no al interés;
aparta mis ojos de las vanidades, *
dame vida con tu palabra;
cumple a tu siervo la promesa *
que hiciste a tus fieles.
Aparta de mí laᴗafrent que temo, *
porque tus mandamientos son amables;
mir có mo ansío tus decretos: *
dame vida con tu justicia.
Seño r, que me alcance tu favor, *
tu salvación segú n tu promesa:
así responderé
a los que me injurian, *
que confío en tu palabra;
no quites de mi boca las palabras sinceras, *
porque yo espero en tus mandamientos.
Cumpliré sin cesar tu volunta d, por siempre jamá[ s;
andaré por un camino ancho, *
buscando tus decretos;
comentaré tus preceptos ante los reyes, *
y no me avergonzaré.
Serán mi delicia tus mandatos, *
que tanto amo;
levantaré mis manos hacia Ti *
recitando tus mandatos.
Recuerda la palabra
que diste a tu siervo, *
de la que hiciste mi esperanza;
ésteᴗes mi consuelo en laᴗaflicción: *
que tu promesa me da vida;
los insolentes me insultan sin parar, *
pero yo no me aparto de tus mandatos.
Recordando tus antiguos mandamiento s, Señor, *
quedé  consolado;
sentí ' indignación ante los malvados,
que abandonan tu voluntad; *
tus leyes eran mi canción en tierra extranjera.
De noche pronuncio tu nombre , Señor, *
y , velando , tus preceptos;
esto e s lo que a me toca: *
guarda r tus decretos.
Mi porción es el Señor; *
he resuelt guarda r tus palabras;
de todo corazón busco tu favor: *
ten piedad de mí , segú n tu promesa;
he ' examinado mi camino, *
para enderezar mis pies a tus preceptos.
Con diligencia , sin tardanza , observo tus mandatos;
los lazos de los malvados meᴗenvuelven, *
pero noᴗolvido tu voluntad;
a media noche me levanto *
para darte gracias por tus justos mandamientos.
Me junto con tus fieles, *
que guardan tus decretos;
Seño r, de tu bondad está  llena la tierra; *
enséñame tus leyes.
Has dado bienes a tu siervo , Señor, *
con tus palabras;
enséñam a gusta r y a comprender, *
porque me fío de tus mandatos;
antes de sufrir,
yo andaba extraviado, *
pero ahora me ajusto a tu promesa.
Tú  eres bueno
y haces el bien; *
instrúyemeᴗen tus leyes;
los insolentes urden engaños contra mí, *
pero yo custodio tus leyes;
tienen el corazón espeso como grasa, *
pero mi delicia es tu voluntad.
Meᴗestuvo bien el sufrir, *
así aprendí tus mandamientos;
más estimo yo los preceptos de tu boca *
que miles de monedas de oro y plata.
Tus manos me hicieron
y me formaron: *
instrúyem para que aprenda tus mandatos;
tus fieles verán con alegría *
que ' heᴗesperado en tu palabra;
reconozco , Seño[ r,
que tus mandamientos son justos, *
que con razón me hiciste sufrir.
Que tu bondad me consuele, *
según la promesa hecha ' a tu siervo;
cuando me alcance tu compasió n, viviré, *
y mis delicias serán tu voluntad;
que se avergüencen los insolentes
del daño que me hacen; *
yo meditaré  tus decretos.
Vuelvan a tus fieles *
que hacen caso de tus preceptos;
sea mi corazón perfecto en tus leyes, *
así no quedaré avergonzado.
Me consumo
ansiando tu salvación, *
y espero en tu palabra;
mis ojos se consumen
ansiando tus promesas, *
mientras digo : «¿Cuá ndo me consolarás?»
Estoy comoun odre puesto al humo, *
pero noᴗolvido tus leyes.
¿Cuá ntos serán los días de tu siervo? *
¿Cuá ndo harás justicia de mis perseguidores?
Me han cavado fosas los insolentes, *
ignorando tu voluntad;
todos tus mandatos son leales, *
sin razón me persigue n, progeme.
Casi dieron conmigo en la tumba, *
pero yo no abandoné  tus decretos;
por tu bondad dame vida, *
para que observe los preceptos de tu boca.
Tu palabra , Seño r, es eterna, *
más estable queᴗel cielo;
tu fidelidad de generación en generación, *
igual que fundaste la tierr y permanece;
por tu mandamiento subsisten hasta hoy, *
porque todo está ' a tu servicio.
Si tu voluntad no fuera mi delicia, *
ya ' habría perecido en mi desgracia;
jamás olvida tus decretos, *
pues con ellos me diste vida;
soy tuyo , sálvame, *
que yo consulto tus leyes.
Los malvados meᴗesperaban para perderme, *
pero yo meditaba tus preceptos;
he visto el límite de todo lo perfecto: *
tu mandato se dilata sin término.
¡Cuá nto amo tu voluntad!: *
todo el día la esto meditando;
tu mandato me hace más sabio que mis enemigos, *
siempre me acompaña;
soy más docto que todos mis maestros, *
porque medito tus preceptos.
Soy más sagaz que los ancianos, *
porque cumplo tus leyes;
aparto mi pie de toda senda mala, *
para guarda r tu palabra;
no me aparto de tus mandamientos, *
porque Tú  me has instruido.
¡Qué  dulce al paladar tu promesa: *
más que mie l en la boca!
Considero tus decretos, *
y odio el camino de la mentira.
Lámpara es tu palabra para mis pasos, *
luz en mi sendero;
lo jur y lo cumpliré: *
guardaré tus justos mandamientos;
¡estoy tan afligido! *
Seño r, dame vida segú n tu promesa.
Acepta , Seño[ r,
los votos que pronuncio, *
enséñame tus mandatos;
mi vida está siempre ' en peligro, *
pero noᴗolvido tu voluntad;
los malvados me tendieron un lazo, *
pero no me desvié de tus decretos.
Tus preceptos son mi herencia perpetua,
laᴗalegría de mi corazón; *
inclino mi corazó n a cumplir tus leye s, siempre y cabalmente.
Detesto a los inconstantes *
y amo tu voluntad;
Tú  eres mi refugio y mi escudo, *
yo espero en tu palabra;
apartaos de mí , los perversos, *
y cumpliré tus mandato s, Dio s o.
Sosténme con tu promesa , y viviré, *
que no quede frustrada mi esperanza;
dame apoyo,
y esta a salvo, *
me fijaréᴗen tus leyes sin cesar;
desprecia s a los que se desvían de tus decretos, *
sus proyectos son engaño.
Tienes por escoria ' a los malvados, *
por eso amo tus preceptos;
mi carne seᴗestremece con tu temor, *
y respeto tus mandamientos.
Practico la justicia y el derecho, *
no meᴗentregues a mis opresores;
da fianza en favor de tu siervo, *
que no me opriman los insolentes;
mis ojos se consumen *
aguardando tu salvación y tu promesa de justicia.
Trata con misericordia ' a tu siervo, *
enséñame tus leyes;
yo soy tu siervo:
dame inteligencia, *
y conoceré  tus preceptos;
es hor de que ace s, Señor: *
han quebrantado tu voluntad.
Yo amo tus mandatos más queᴗel oro pusimo;
por eso aprecio tus decretos *
y detesto el camino de la mentira.
Tus preceptos son admirables, *
por eso los guarda mi alma;
la explicación de tus palabras ilumina, *
da inteligencia a los ignorantes;
abro la boc y respiro, *
ansiando tus mandamientos.
Vuélvetea mí  y ten misericordia,
como es tu norma *
con los que aman tu nombre;
asegura mis pasos con tu promesa, *
que ninguna malda d me domine;
líbrame de la opresión de los hombres, *
y guardaré  tus decretos.
Haz brillar tu rostro sobre tu siervo, *
enséñame tus leyes;
arroyos de lágrimas bajan de mis ojos *
por los que no cumplen tu voluntad.
Seño r, Tú  eres justo,
tus mandamientos son rectos; *
has prescrito leyes justas sumamente ' estables;
me consumeᴗel celo, *
porque mis enemigos olvidan tus palabras.
Tu promesa es acrisolada, *
y tu siervo la ' ama;
soy pequeño y despreciable, *
pero noᴗolvido tus decretos;
tu justicia es justicia eterna, *
tu voluntad es verdadera.
Me asaltan angustias y aprietos, *
tus mandatos so n mi delicia;
la justicia de tus preceptos es eterna, *
dame inteligencia , y tendré  vida.
Te invoco de todo corazón:
respóndeme , Señor, *
y guarda tus leyes;
a Tí  grito : sálvame, *
y cumpliré  tus decretos;
me adelanto a laᴗaurora
pidiendo auxilio, *
esperando tus palabras.
Mis ojos se adelantan a las vigilias, *
meditando tu promesa;
escucha mi voz por tu misericordia, *
con tus mandamientos dame vida;
ya se acercan mis inicuos perseguidores, *
están lejos de tu voluntad.
Tú , Seño r, está s cerca, *
y todos tus mandamientos son estables;
hace tiempo comprendí *
que tus preceptos los fundaste para siempre.
Mira mi abatimient y brame, *
porque noᴗolvido tu voluntad;
defiende mi caus y restame, *
con tu promesa dame vida;
la justicia está  lejos de los malvados *
que no buscan tus leyes.
Grandeᴗes tu ternura , Señor, *
con tus mandamientos dame vida;
muchos son los enemigos
que me persiguen, *
pero yo no me aparto de tus preceptos;
viendo a los renegados,
sena ' asco, *
porque no guardan tus mandatos.
Mir có mo amo tus decretos, *
Seño r, por tu misericordia dame vida;
el compendio de tu palabra es la verdad, *
y tus justos juicios son eternos.
Los nobles me perseguían sin motivo, *
pero mi corazón respetaba tus palabras;
yo me alegraba con tu promesa, *
como el queᴗencuentra un rico botín;
detest y aborrezco la mentira, *
y amo tu voluntad.
Siete veces al día te alabo por tus justos mandamientos;
mucha paz tiene n los que aman tus leyes, *
y nada los hace tropezar;
aguardo tu salvació n, Señor, *
y cumplo tus mandatos.
Mi alma guarda tus preceptos *
y los ama intensamente;
guardo tus decretos, *
y Tú  tienes presente mis caminos.
Que llegue mi clamor a tu presencia, *
Seño r, con tus palabras dame inteligencia;
que mi súplica entreᴗen tu presencia, *
líbrame segú n tu promesa;
de mis labios brota laᴗalabanza, *
porque meᴗenseñaste tus leyes.
Mi lengua canta tu fidelidad, *
porque todos tus preceptos son justos;
que tu mano me auxilie, *
ya que prefiero tus decretos;
ansío tu salvació n, Señor; *
tu voluntad es mi delicia.
Que mi alma viv para ' alabarte, *
que tus mandamientos me auxilien;
meᴗextravié  como ' oveja perdida:
busca ' a tu siervo *
que noᴗolvida tus mandatos.

[(MÚSICA)]