Salmo 103


Bendice , alma a , ' al Señor: *
¡Dio s mío , qué  grande ' eres!
Te vistes de belleza y majestad, *
la luz teᴗenvuelve como un manto.
Extiendes los cielos como una tienda, *
construyes tu morada sobre las aguas;
las nubes te sirven de carroza, *
avanzas en las alas del viento;
los vientos te sirven de mensajeros; *
el fuego llameante , de ministro.
Asentaste la tierra sobre sus cimientos, *
y no vacila jamás;
la cubriste con el manto del oano, *
y las aguas se posaron sobre las montañas;
pero a tu bramido huyeron, *
al fragor de tu trueno se precipitaron,
mientras subían los montes
y bajaban los valles: *
cada cual al puesto asignado.
Trazaste una frontera
que no traspasarán, *
y no volverá n a cubrir la tierra.
De los manantiales sacas los os, *
para que fluyan entre los montes;
en ellos beben las fieras de los campos, *
el asno salvaje apaga su sed;
junto a ellos habitan las aves del cielo, *
y entre las frondas se oye su canto.
Desde tu morada riegas los montes, *
y la tierra se sacia de tu acción fecunda;
haces brotar hierba para los ganados, *
y forraje para los que sirven al hombre.
É l saca pan de los campos, *
y vino que le alegra el corazón;
y aceite que da brillo a su rostro, *
y alimento que le da fuerzas.
Se llenan de savia los árboles del Señor, *
los cedros del Líbano que ' É l plantó:
allí anidan los jaros, *
en su cima pone casa la cigüeña.
Los riscos son para las cabras, *
las peñas son madriguera deᴗerizos.
Hiciste la luna con sus fases, *
el sol conoce su ocaso.
Pones las tinieblas
y viene la noche, *
y rondan las fieras de la selva;
los cachorros rugen por la presa, *
reclamando a Dio s su comida.
Cuando brilla el so l, se retiran, *
y se tumban en sus guaridas;
el hombre sale a sus faenas, *
a su labranza hasta el atardecer.
Cuá ntas son tus obras, Seño[ r,
y todas las hiciste con sabidua; *
la tierra está llena de tus criaturas.
A es el mar: *
ancho y dilatado,
en é l bulle n, sin mero, *
animales pequeños y grandes;
lo surcan las naves,
y el Leviatán que modelaste *
para que retoce.
Todos ellos aguardan *
a que les eches comida ' a su tiempo:
se la echa s, y la ' atrapan; *
abres tu mano , y se sacian de bienes;
escondes tu rostro , y seᴗespantan;
les retiras el aliento , y expiran *
y vuelve n a ser polvo;
envías tu aliento , y los creas, *
y repueblas la fa z de la tierra.
Gloria ' a Dio s para siempre, *
goceᴗel Seño r con sus obras,
cuando É l mira la tierra , ella tiembla; *
cuando toca los monte s, humean.
Cantaré al Seño r mientras viva, *
tocaré  para mi Dio s mientras exista:
que le sea ' agradable mi poema, *
y yo me alegra con el Señor.
Que se acaben los pecadores en la tierra,
que los malvados no existan más. *
¡Bendice , alma a , al Señor!

[(MÚSICA)]