Dio
s es nuestro refugio y nuestra fortaleza, *
poderoso
defensor en el peligro.
Por
eso no tememos †
aunque
tiemble la tierra, *
y
los montes se desplomen en el mar.
Que
hierva n y bramen sus olas, *
que
sacudan a los montes con furia:
el
Seño r de los ejércitos está con nosotros, *
nuestro
alcázar es el Dio s de Jacob.
El
correr de las acequias alegra la ciudad de Dios, *
el
Altísimo consagra su morada.
Teniendo
a Dio s en medio , no vacila; *
Dio
s la socorre al despuntar laᴗaurora.
Los
pueblos se amotinan, *
los
reyes se rebelan;
pero
É l lanza su trueno, *
y
se tambalea la tierra.
El
Seño r de los ejércitos está con nosotros, *
nuestro
alcázar es el Dio s de Jacob.
Veni
d a ver las obras del Señor, *
las
maravillas que hace ' en la tierra:
Pone
fin a la guerra hasta el extremo del orbe, †
rompe
los arco s, quiebra las lanzas, *
prende
fuego a los escudos.
«Rendíos,
†
reconoce
d que yo soy Dios: *
más
alto que los pueblo s, más alto que la tierra.»
El
Seño r de los ejércitos está con nosotros, *
nuestro
alcázar es el Dio s de Jacob.
[(MÚSICA)]