¡Qué
bueno es Dio s para el justo, *
el
Seño r para los limpios de corazón!
Pero
yo por poco doy un mal paso, *
casi
resbalaron mis pisadas:
porque '
envidiaba ' a los perversos, *
viendo
prosperar a los malvados.
Para
ellos no hay sinsabores, *
están
sanos y orondos;
no
pasan las fatigas humanas, *
ni
sufren como los demás.
Por
eso su collar es el orgullo, *
y
los cubre un vestido de violencia;
de
las carnes les rezuma la maldad, *
el
corazón les rebosa de malas ideas.
Insulta
n y hablan mal, *
y
desde lo alto amenazan con la opresión.
Su
boca se atreve con el cielo. *
Y
su lengua recorre la tierra.
Por
eso mi pueblo se vuelve a ellos *
y
se bebe sus palabras.
Ellos
dicen: †
«¿Es
que Dio s lo va a
saber, *
se
va ' a entera r el Altísimo?»
Así
son los malvados: *
siempre
seguro s, acumulan riquezas.
Entonce
s, ¿para qué ' he limpiado yo mi corazón
*
y
he lavado en la inocencia mis manos?
¿Para
qué aguanto yo todo el día *
y
me corrijo cada mañana?
Si
yo dijera: †
«Voy
a ' hablar como ellos», *
renegaría
de la estirpe de tus hijos.
Meditaba
yo †
para
entenderlo, *
porque
me resultaba muy difícil;
hasta
queᴗentréᴗen el misterio de Dios, *
y
comprendí el destino deᴗellos.
Es
verda d: los pones en el resbaladero, *
los
precipitas en la ruina;
en
un momento causan horror, *
y
acaban consumidos deᴗespanto.
Como
un sueño al desperta r, Señor, *
al
despertarte desprecias sus sombras.
Cuando
mi corazón se agriaba *
y
me punzaba miᴗinterior,
yo
era un necio y un ignorante, *
yo
era un anima l ante Ti.
Pero
yo siempre ' estaré contigo, *
Tú
agarrarás mi mano derecha,
me
guías según tus planes, *
y
me llevas a un destino glorioso.
¿No
te tengo a Ti en el cielo? †
Y
contigo , ¿qué me importa la tierra?
*
Se
consumen mi corazón y mi carne por Dio s, mi lote
perpetuo.
Sí
: los que se alejan de Ti se pierden;
*
Tú
destruye s a los que te son infieles.
Para
mí lo bueno e s esta r juntoᴗa Dios, †
hacer
del Seño r mi refugio, *
y
contar todas tus acciones en las puertas de Sion.
[(MÚSICA)]