Pelea
, Seño r, contra los que me atacan, *
guerrea
contra los que me hacen guerra;
empuña
el escudo y la ' adarga, *
levántate
y ven en mi auxilio;
di
a mi alma: *
«Yo
soy tu victoria».
Y
yo me alegraré con el Señor, †
gozando
de su victoria; *
todo
mi ser proclamará:
«Seño
r, ¿quié n como Tú, †
que
defiendes al débil del poderoso, *
al
pobre y humilde del explotador?»
Se
presentaban testigos violentos: †
me
acusaban de cosas *
que
ni sabía,
me
pagaban mal por bien, *
dejándome
desamparado.
Yo
, en cambio , cuando estaban enfermos, *
me
vestía de saco,
me
mortificaba con ayunos *
y
desde dentro repetía mi oración.
Como
por un amigo ' o por un hermano , andaba triste;
*
cabizbajo
y sombrío , como quien llora ' a su madre.
Pero
, cuando yo tropecé[
, †
se
alegraron, *
se
juntaron contra mí
y
me golpearon por sorpresa; *
me
laceraban sin cesar.
Cruelmente
se burlaban de mí, *
rechinando
los dientes de odio.
Seño
r, ¿cuá ndo va s a mirarlo? †
Defiende
mi vida de los que rugen, *
mi
único bie n, de los leones,
y
te daré gracias en la gran asamblea, *
te
alabaré ' entre la multitud del pueblo.
Que
no canten victoria mis enemigos traidores, †
que
no hagan guiños a mi costa *
los
que me odian sin razón.
Seño
r, Tú lo has visto , no te calles,
*
Seño
r, no te quedes a distancia;
despierta
, levántate , Dio s mío, *
Seño
r mío , defiende mi causa.
Que
cante n y se alegren *
los
que desean mi victoria,
que
repitan siempre
:
«Grandeᴗes
el
Señor»
*
los
que desean la pa
z
a
tu
siervo.
Mi
lengua ' anunciará tu justicia, *
todos
los días te alabará.
[(MÚSICA)]