Salmo 62


Oh Dio s, Tú  eres mi Dio[ s,
por T madrugo, *
mi alma está sedienta de Ti;
mi carne tiene ansia de Ti[ ,
como tierra reseca, *
agostada , sin agua.
¡Có mo te contemplaba en el santuario *
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida, *
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré *
y alzaré las mano s invocándote.
Me saciaré  como deᴗenjundia y de manteca, *
y mis labios te alabará n jubilosos.
En el lecho me acuerdo de Ti *
y velando medito en Ti,
porque fuiste mi auxilio, *
y a la sombra de tus alas canto con bilo;
mi alma está unida ' a Ti, *
y tu diestra me sostiene.

[(MÚSICA)]