Oh
Dio s, Tú eres mi Dio[
s, †
por
Ti madrugo, *
mi
alma está sedienta de Ti;
mi
carne tiene ansia de Ti[
, †
como
tierra reseca, *
agostada
, sin agua.
¡Có
mo te contemplaba en el santuario *
viendo
tu fuerza y tu gloria!
Tu
gracia vale más que la vida, *
te
alabarán mis labios.
Toda
mi vida te bendeciré *
y
alzaré las mano s invocándote.
Me
saciaré como deᴗenjundia y de manteca,
*
y
mis labios te alabará n jubilosos.
En
el lecho me acuerdo de Ti *
y
velando medito en Ti,
porque
fuiste mi auxilio, *
y
a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi
alma está unida ' a Ti, *
y
tu diestra me sostiene.
[(MÚSICA)]