Yo
me dije : «Vigilaré mi proceder, *
para
que no se me vaya la lengua;
pondréᴗuna
mordaza en
mi boca
*
mientras
el impío esté
presente.»
Guardé
silencio resignado, *
no
hablé con ligereza;
pero
mi herida empeoró, *
y
el corazón me ardía por dentro;
pensándolo
me requemaba, *
hasta
que solté la lengua.
«Seño
r, dame a conocer mi fin †
y
cuá l es la medida de mis años, *
para
que comprenda lo caduco que soy.»
Me
concediste un palmo de vida, *
mis
días son nada ' ante Ti;
el
hombre no dura más que un soplo, *
el
hombre pasa como una sombra,
por
un soplo se afana, *
atesora
sin sabe r para quién.
Y
ahora , Señor, †
¿quéᴗe
speranza me queda? *
Tú
eres mi confianza.
Líbrame
de mis iniquidades, *
no
me hagas la burla de los necios.
Enmudezco,
†
no
abro la boca, *
porque
' eres Tú quie n lo ha hecho.
Aparta
de mí tus golpes, *
queᴗel
ímpetu de tu mano me acaba.
Escarmientas
al hombre *
castigando
su culpa;
como
una polilla roes sus tesoros; *
el
hombre no es má s que un soplo.
Escucha
, Seño r, mi oración, †
haz
caso de mis gritos, *
no
seas sordo a mi llanto;
porque
yo soy huésped tuyo, *
forastero
como todos mis padres.
Aplácate
, dame respiro, *
antes
de que pase y no exista.
[(MÚSICA)]