Salmo 89


Seño r, Tú  has sido nuestro refugio *
de generació n en generación.
Antes que naciesen los montes
o fuera engendrado el orbe de la tierra, *
desde siempre y por siempre Tú  eres Dios.
Tú  reduces el hombre a polvo , diciendo: *
«Retorna d, hijos de Adán.»
Mil años en tu presencia son un aye r, que pasó; *
una vela nocturna.
Los siembras año por año, *
como hierba que se renueva:
que florec y se renueva por la mañana, *
y por la tarde la siega n y se seca.
¡Có mo nos ha consumido tu lera *
y nos ha trastornado tu indignación!
Pusiste nuestras culpas ante Ti, *
nuestros secretos ante la luz de tu mirada:
y todos nuestros días pasaron bajo tu lera, *
y nuestros años se acabaron como un suspiro.
Aunque uno viva setenta ' años, *
y el más robusto hasta ochenta,
la mayor parte son fatiga itil, *
porque pasan apris y vuelan.
¿Quié n conoce la vehemencia de tu ira, *
quié n ha sentido el peso de tu lera?
Enséñano s a calcular nuestros años, *
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete , Seño r, ¿hasta cuándo? *
Ten compasió n de tus siervos;
por la mañana sácianos de tu misericordia, *
y toda nuestra vida será ' alegría y bilo.
Danos alegría,
por los días en que nos afligiste, *
por los años en que sufrimos desdichas.
Que tus siervos vean tu acción, *
y sus hijos tu gloria.
Baje a nosotros la bonda d del Señor *
y haga prósperas las obras de nuestras manos.

[(MÚSICA)]