Tú
que habitas al Amparo del Altísimo, *
que
vives a la sombra del Omnipotente,
di
al Señor: †
«Refugio
mío , alcázar mío, *
Dio
s mío , confío en Ti.»
É
l te librará de la red del cazador, *
de
la peste funesta.
Te
cubrirá con sus plumas, †
bajo
sus alas te refugiarás: *
su
brazo es escudo y armadura.
No
temerás el espanto nocturno, *
ni
la flecha que vuela de día,
ni
la peste que se desliza en las tinieblas, *
ni
la epidemia que devasta ' a mediodía.
Caerán
a tu izquierda mi l, diez mil a tu derecha; *
a
ti no te alcanzará.
Nada
más mirar con tus ojos, *
verás
la paga de los malvados,
porque
hiciste del Seño r tu refugio, *
tomaste
al Altísimo por defensa.
No
se te acercará la desgracia, *
ni
la plaga llegará hasta tu tienda,
porque
a sus ángeles ha dado ' órdenes *
para
que te guarden en tus caminos;
te
llevarán
en sus palmas,
*
para
que tu pie no tropiece ' en
la piedra;
caminarás
sobre áspides
y víboras,
*
pisotearás
leones y
dragones.
«Se
puso junto a mí
:
lo libraré;
†
lo
protegeré
porque conoce
mi nombre,
*
me
invocará
y lo
escucharé.
Con
él estaréᴗen
la tribulación,
*
lo
defenderé
,
lo glorificaré,
lo
saciaré de largos
días
*
y
le haré
ver
mi salvación.»
[(MÚSICA)]