El
Seño r
es mi luz y mi salvació n,
¿a quié n
temeré?
†
El
Seño r
es la defensa de
mi vida,
*
¿quié
n me
hará
temblar?
Cuando
me asaltan los malvados
†
para
devorar
mi carne,
*
ello
s, enemigos y adversario
s, tropiezan
y caen.
Si
un ejército acampa
contra
mí, *
mi
corazón
no tiembla;
si
me declaran
la guerra,
*
me
siento
tranquilo.
Una
cosa pido al Seño r,
eso
buscaré:
*
habitar
en la casa del Seño r
por los días de
mi vida;
gozar
de la dulzura
del
Señor *
contemplando
su templo.
É
l me protegerá en su tienda el día
del peligro;
†
meᴗesconderá
en lo escondido de su
morada,
*
me
alzará sobre
la roca;
y
así levantaré
la cabeza
*
sobreᴗel
enemigo que
me cerca;
en
su tienda sacrificaré sacrificios de
aclamación:
*
cantaré
y tocaré
para
el
Señor.
Escúchame
, Seño
r, que
te llamo;
*
ten pieda
d, respóndeme.
Oigo
en
mi corazón:
*
«Buscad
mi rostro.»
Tu
rostro buscaré
, Señor, *
no
meᴗescondas
tu rostro.
No
rechaces con ira ' a
tu siervo,
*
que
Tú
eres mi
auxilio;
no
me
deseches,
*
no
me abandone s,
Dio s
de mi salvación.
Si
mi padre y mi madre me abandonan,
*
el
Seño r me recogerá.
Seño
r, enséñame tu camino,
†
guíame
por la senda
llana,
*
porque
tengo enemigos.
No
meᴗentregues a la saña de mi adversario,
†
porque
se levantan contra mí testigos
falsos,
*
que
respiran
violencia.
Espero
gozar de la dicha
del
Señor *
en
el paí s
de
la vida.
Espera
en el Seño r,
sé
valiente,
*
ten
ánimo ,
espera
en el
Señor.