Yo
esperaba con ansia al Señor; †
É
l se inclinó y escuchó mi grito: *
me
levantó de la fosa fata l, de la charca fangosa;
afianzó
mis pies sobre roca, †
y
aseguró mis pasos; *
me
puso en la boca un cántico nuevo , un himno a nuestro
Dios.
Mucho
s, al verlo , quedaron sobrecogidos *
y
confiaron en el Señor.
Dichoso
el hombre que ha puesto su confianza en el Señor, †
y
no acude a los idólatras, *
que
seᴗextravían con engaños.
Cuá
ntas maravillas has hecho , Seño r, Dio s
mío, †
cuá ntos
planes en favo r nuestro; *
nadie
se te puede comparar.
Intento
proclamarla s, decirlas, *
pero
superan todo número.
Tú
no
quieres sacrificios ni
ofrendas,
*
y
,
en cambio
,
me abristeᴗel
oído;
no
pides sacrificio expiatorio, *
entonces
yo digo:
«Aquí
estoy †
–como
está escrito en
mi libro–
*
para
' hacer tu voluntad.»
Dio
s mío , lo quiero, *
y
llevo tu ley en las entrañas.
He
proclamado tu salvació n ante la gran asamblea; †
no
he cerrado los labios: *
Seño
r, Tú lo sabes.
No
me ' he guardado en el pecho tu defensa, †
he
contado tu fidelidad y tu salvación, *
no
he negado tu misericordia y tu lealta d ante la gra n
asamblea.
Tú
, Seño r, no me cierres tus entrañas, †
que
tu misericordia y tu lealtad me guarden siempre, *
porque
me cercan desgracias sin cuento.
Se
me ' echan encima mis culpa s, y no puedo huir; †
son
más que los pelos de mi cabeza, *
y
me falta el valor.
Seño
r, dígnate librarme; *
Seño
r, date prisa en socorrerme.
Alégrense
y gocen contigo *
todos
los que te buscan;
digan
siempre
:
«Grandeᴗes
el
Señor»
*
los
que desean
tu salvación.
Yo
soy pobre y desgraciado, *
pero
el Seño r se cuida de mí;
Tú
eres mi auxilio y mi liberación: *
Dio
s mío , no tardes.
[(MÚSICA)]