Dichoso
el queᴗestá ' absuelto de su culpa, †
a
quien le han sepultado su pecado; *
dichoso
el hombre a quien el Seño r no le apunta el delito.
Mientras
callé[ †
se
consumían mis huesos, *
rugiendo
todo el día,
porque
día y noche tu mano pesaba sobre mí; *
mi
savia se me había vuelto un fruto seco.
Había
pecado , lo reconocí, *
no
teᴗencubrí mi delito;
propuse:
†
«Confesaré
al Seño r mi culpa», *
y
Tú perdonaste mi culpa y mi pecado.
Por
eso , que todo fiel te supliqueᴗen el momento de la
desgracia: *
la
crecida de las aguas caudalosas no lo alcanzará.
Tú
eres mi refugio, †
me
libras del peligro, *
me
rodeas de cantos de liberación.
–
Te
instruiré
y
teᴗenseñaréᴗel camino
que
has
de
seguir,
*
fijaréᴗe
n
ti
mis
ojos.
No
seáis irracionales como caballos y mulos, †
cuyo
brío hay que domar con freno y brida; *
si
no , no puedes acercarte.
Los
malvados sufren muchas penas; †
al
que confía en el Señor, *
la
misericordia lo rodea.
Alegrao
s, justos, †
y
gozad con el Señor; *
aclamadlo
, los de corazón sincero.
[(MÚSICA)]