¿Por
qué , oh Dio s, nos tienes siempre abandonados,
*
y
está ' ardiendo tu cólera contra las ovejas de tu
rebaño?
Acuérdate
de la comunidad *
que
adquiriste desde antiguo,
de
la tribu que rescataste para posesió n tuya, *
del
monte Sio n donde pusiste tu morada.
Dirige
tus pasos a estas ruinas sin remedio; *
el
enemigo ha ' arrasado del todo el santuario.
Rugían
los agresores en medio de tu asamblea, *
levantaron
sus propios estandartes.
En
la entrada superior abatieron a ' hachazos el entramado;
*
despué
s, con martillos y maza s, destrozaron todas las
esculturas.
Prendieron
fuego a tu santuario, *
derribaro
n y profanaron la morada de tu nombre.
Pensaban:
†
«acabaremos
con ellos», *
e
incendiaron todos los templos del país.
Ya
no vemos nuestros signos, †
ni
hay profeta: *
nadie
entre nosotros sabe hasta cuándo.
¿Hasta
cuá ndo , Dio s mío , nos va '
aᴗafrentar el enemigo? *
¿No
cesará de despreciar tu nombreᴗel adversario?
¿Por
qué retraes tu mano izquierda *
y
tienes tu derecha escondida en el pecho?
Pero
Tú , Dio s mío , eres rey desde
siempre, *
Tú
ganaste la victoria en medio de la tierra.
Tú
hendiste con fuerza el mar, *
rompiste
la cabeza del dragón marino;
Tú
aplastaste la cabeza del Leviatán, *
se
la echasteᴗen pasto a las bestias del mar;
Tú
alumbraste manantiales y torrentes, *
Tú
secaste ríos inagotables.
Tuyo
es el día , tuya la noche, *
Tú
colocaste la luna y el sol;
Tú
plantaste los linderos del orbe, *
Tú
formasteᴗel verano y el invierno.
Tenlo
en cuenta , Seño[
r, †
queᴗel
enemigo te ultraja, *
que
un pueblo insensato desprecia tu nombre;
no
entregues a los buitres la vida de tu tórtola, *
ni
olvides sin remedio la vida de tus pobres.
Piensa
en tu alianza: *
que
los rincones del país están llenos de violencias.
Queᴗel
humilde no se marche defraudado, *
que
pobres y afligidos alaben tu nombre.
Levántate
, oh Dios, †
defiende
tu causa: *
recuerda
los ultrajes continuos del insensato;
noᴗolvides
las voces de tus enemigos, *
el
tumulto creciente de los rebeldes contra Ti.
[(MÚSICA)]