El
cielo proclama la gloria de Dios, *
el
firmamento pregona la obra de sus manos:
el
día ' al día le pasa el mensaje, *
la
noche a la noche se lo susurra.
Sin
que hablen, †
sin
que pronuncien, *
sin
que resuene su voz,
a
toda la tierra ' alcanza su pregón *
y
hasta los límites del orbe su lenguaje.
Allí
le ha puesto su tiendaᴗal sol: *
É
l sale como el esposo de su alcoba,
contento
como un héroe, *
a
recorre r su camino.
Asoma
por un extremo del cielo, †
y
su órbita llegaᴗal otro extremo: *
nada
se libra de su calor.
La
ley del Seño r es perfecta *
y
es descanso del alma;
el
precepto del Seño r es fiel *
e
instruye al ignorante;
los
mandatos del Seño r son rectos *
y
alegran el corazón;
la
norma del Seño r es límpida *
y
da lu z a los ojos;
la
voluntad del Seño r es pura *
y
eternamente ' estable;
los
mandamientos del Seño r son verdaderos *
y
enteramente justos;
más
preciosos queᴗel oro, †
más
queᴗel oro fino; *
más
dulces que la miel de un pana l que destila.
Aunque
tu siervo vigila *
para
guardarlos con cuidado,
¿quié
n conoce sus faltas? *
Absuélveme
de lo que se me oculta.
Preserva
' a tu siervo de laᴗarrogancia, †
para
que no me domine: *
así
quedaré libre ' e inocente del gran pecado.
Que
te agraden las palabras de mi boca, †
y
llegue a tu presencia el meditar de mi corazón, *
Seño
r, roca mía , redento r mío.