Salmo 18


El cielo proclama la gloria de Dios, *
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día ' al día le pasa el mensaje, *
la noche a la noche se lo susurra.
Sin que hablen,
sin que pronuncien, *
sin que resuene su voz,
a toda la tierra ' alcanza su pregón *
y hasta los límites del orbe su lenguaje.
Allí le ha puesto su tiendaᴗal sol: *
É l sale como el esposo de su alcoba,
contento como un roe, *
a recorre r su camino.
Asoma por un extremo del cielo,
y su órbita llegaᴗal otro extremo: *
nada se libra de su calor.
La ley del Seño r es perfecta *
y es descanso del alma;
el precepto del Seño r es fiel *
e instruye al ignorante;
los mandatos del Seño r son rectos *
y alegran el corazón;
la norma del Seño r es límpida *
y da lu z a los ojos;
la voluntad del Seño r es pura *
y eternamente ' estable;
los mandamientos del Seño r son verdaderos *
y enteramente justos;
más preciosos queᴗel oro,
más queᴗel oro fino; *
más dulces que la miel de un pana l que destila.
Aunque tu siervo vigila *
para guardarlos con cuidado,
¿quié n conoce sus faltas? *
Absuélvem de lo que se me oculta.
Preserva ' a tu siervo de laᴗarrogancia,
para que no me domine: *
así quedaré  libre ' e inocente del gran pecado.
Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón, *
Seño r, roca mía , redento r o.