Salmo 67


Se levanta Dio s, y se dispersan sus enemigos,
huyen de su presencia *
los que lo ' odian;
como el humo se disipa, *
se disipan ellos;
como se derrite la cera ' anteᴗel fuego, *
así perecen los imos ante Dios.
En cambio , los justos se alegran,
gozan en la presencia de Dios, *
rebosando de alegría.
Cantad a Dio s, tocad en su honor,
alfombrad el camino *
del que avanza por el desierto;
su nombreᴗes el Señor: *
alegraos en su presencia.
Padre de huérfanos,
protector de viudas, *
Dio s viveᴗen su santa morada.
Dio s prepara casa a los desvalidos,
libera ' a los cautivo s y los enriquece; *
sólo los rebeldes se quedan en la tierra ' abrasada.
Oh Dio s, cuando salías al frente de tu pueblo *
y avanzabas por el desierto,
la tierra tembló[ ,
el cielo destiló ante Dio s, el Dio s del Sinaí; *
ante Dio s, el Dio s de Israel.
Derramasteᴗen tu hereda d, oh Dio s, una lluvia copiosa, *
aliviaste la tierra extenuada;
y tu rebaño habi en la tierra *
que tu bonda d, oh Dio s, preparó  para los pobres.
El Seño r pronuncia un oculo, *
millares pregonan laᴗalegre noticia:
«Los reye s, los ejércitos van huyendo , van huyendo; *
las mujeres reparten el botín.
Mientras reposabais en los apriscos,
las palomas batieron sus alas de plata, *
el oro destellaba en sus plumas.
Mientras el Todopoderoso dispersaba ' a los reyes, *
la nieve bajaba sobreᴗel Monte Umbrío.»
Las montañas de Basán son alsimas, *
las montañas de Basán son escarpadas;
¿por qué  tenéis envidia , montañas escarpadas,
del monte ' escogido por Dio s para ' habitar, *
morada perpetua del Señor?
Los carros de Dio s son miles y miles: *
Dio s marcha del Sinaí  al santuario.
Subiste a la cumbr llevando cautivos, *
te dieron tributo de hombres:
incluso los que se resisan *
a queᴗel Seño r Dio s tuviera una morada.
Bendito el Seño r cada a,
Dio s lleva nuestras cargas, *
es nuestra salvación.
Nuestro Dio s es un Dio s que salva, *
el Seño r Dio s nos hace ' escapa r de la muerte.
Dio s aplasta las cabezas de sus enemigos, *
los cráneos de los malvados contumaces.
Dice ' el Señor:
«Los traeré  desde Basán, *
los traeré desdeᴗel fondo del mar;
teñirás tus pies en la sangre del enemigo *
y los perros la lamerá n con sus lenguas.»
Aparece tu cortejo , oh Dios, *
el cortejo de mi Dio s, de mi Rey , hacia el santuario.
Al frente , marchan los cantores;
los último s, los tocadores de arpa; *
en medio , las muchachas va n tocando panderos.
«En el bullicio de la fiesta , bendecid a Dios, *
al Seño r, estirpe de Israel.»
Va delante Benjamí n, el más pequeño;
los príncipes de Judá con sus tropeles; *
los príncipes de Zabuló n, los príncipes de Neftalí.
Oh Dio s, despliega tu pode r, tu pode r, oh Dios, *
que actúa en favo r nuestro.
A tu templo de Jerusalén *
traigan los reyes su tributo.
Reprime a la Fiera del Cañaveral,
al tropel de los Toros, *
a los Novillos de los pueblos.
Que se te rindan con lingotes de plata: *
dispersa las naciones belicosas.
Lleguen los magnates deᴗEgipto, *
Etiopía extienda sus manos a Dios.
Reyes de la tierra , cantad a Dios, *
toca d para el Señor,
que avanza por los cielo s, los cielos antiquísimos,
que lanza su vo z, su voz poderosa: *
«Reconoce d el poder de Dios.»
Sobre Israel resplandece su majestad, *
y su pode r sobre las nubes.
Desdeᴗel santuario , Dio s impone reverencia:
es el Dio s de Israe l quien da fuerza y poder a su pueblo. *
¡Dio s sea bendito!

[(MÚSICA)]