Protégeme
, Dio s mío, *
que
me refugio en Ti;
yo
digo al Señor: *
«Tú
eres mi bien».
Los
dioses y señores de la tierra no me satisfacen. *
Multiplican
las estatuas de dioses extraños;
no
derramaré sus libaciones con mis manos, *
ni
tomaré sus nombres en mis labios.
El
Seño r es el lote de mi heredad y mi copa; *
mi
suerte ' está en tu mano:
me
ha tocado un lote ' hermoso, *
meᴗencanta
mi heredad.
Bendeciréᴗal
Señor, †
que
me aconseja,
*
hasta
de noche me instruye internamente.
Tengo
siempre presente al Señor, *
con
É l a mi derecha no vacilaré.
Por
eso se me alegra el corazón, †
se
gozan mis entrañas, *
y
mi carne descansa serena.
Porque
no meᴗentregarás a la muerte, †
ni
dejará s a tu fiel *
conocer
la corrupción.
Meᴗenseñarás
el sendero de la vida, †
me
saciarás de gozo en tu presencia, *
de
alegría perpetua ' a tu derecha.