Salmo 40


Dichoso el que cuida del pobre y desvalido; *
en el día ' aciago lo pondrá ' a salvo el Señor.
El Seño r lo guarda *
y lo conserva en vida,
para que sea dichoso en la tierra, *
y no lo entrega ' a la saña de sus enemigos.
El Seño r lo sostendrá en el lecho del dolor, *
calmará los dolores de su enfermedad.
Yo dije:
«Seño r, ten misericordia, *
sáname , porque ' he pecado contra Ti.»
Mis enemigos me desean lo peor:
«A ve r si se muere, *
y se acaba su apellido.»
El que vien a verme *
habla con fingimiento,
disimula su mala intención, *
y, cuando sale afuera , la dice.
Mis adversarios se reúnen
a murmura r contra mí, *
hacen cálculos siniestros:
«Padece un mal sin remedio, *
se acostó  para n levantarse.»
Incluso mi amigo , de quien yo me fiaba,
que compara mi pan, *
es el primer en traicionarme.
Pero Tú , Seño r, apiádate de mí,
haz que pueda levantarme, *
para que yo les dé su merecido.
En esto conozc que me amas: *
en que mi enemigo no triunfa de .
A mí , en cambio , me conservas la salud, *
me mantienes siempreᴗen tu presencia.
Bendito el Seño r, Dio s de Israel, *
ahora y por siempre . Amé n, amén.

[(MÚSICA)]