Salmo 106


Dad gracias al Seño r porqueᴗes bueno, *
porqueᴗes eterna su misericordia.
Que lo confiesen los redimidos por el Señor, *
los que ' É l rescató de la mano del enemigo,
los que reunió de todos los países: *
norte y su r, oriente y occidente.
Erraban por un desierto solitario, *
no encontraban el camino de ciuda d habitada;
pasaban hambre y sed, *
se les iba ' agotando la vida;
pero gritaron al Seño r en su angustia, *
y los arrancó de la tribulación.
Los guió por un camino derecho, *
para que llegaran a ciuda d habitada.
Den gracias al Seño r por su misericordia, *
por las maravillas que hace con los hombres.
Calmó el ansia de los sedientos, *
y a los hambrientos los col de bienes.
Yacían en oscuridad y tinieblas, *
cautivos de hierros y miserias;
por haberse rebelado contra los mandamientos, *
despreciando el pla n del Alsimo.
É l humilló su corazón con trabajos, *
sucumbía n y nadie los socorría.
Pero gritaron al Seño r en su angustia, *
y los arrancó de la tribulación.
Los sacó de las sombrías tinieblas, *
arrancó  sus cadenas.
Den gracias al Seño r por su misericordia, *
por las maravillas que hace con los hombres.
Destrozó las puertas de bronce, *
quebró los cerrojos de hierro.
Estaban enfermos por sus maldades, *
por sus culpas eran afligidos;
aborrecían todos los manjares, *
y ya tocaban las puertas de la muerte.
Pero gritaron al Seño r en su angustia, *
y los arrancó de la tribulación.
Envió su palabra , para curarlos, *
para salvarlos de la perdición.
Den gracias al Seño r por su misericordia, *
por las maravillas que hace con los hombres.
Ofrézcanle sacrificios de alabanza, *
y cuenten con entusiasmo sus acciones.
Entraron en naves por el mar, *
comerciando por las aguas inmensas.
Contemplaron las obras de Dios, *
sus maravillas en el oano.
E l habló  y levantó un viento tormentoso, *
que alzaba las olas a lo alto:
subían al cielo,
bajaban al abismo, *
el estómago revuelto por el mareo,
rodaban,
se tambaleaban como borrachos, *
y no les valía su pericia.
Pero gritaron al Seño r en su angustia, *
y los arrancó de la tribulación.
Apaciguó la tormenta en suave brisa, *
y enmudecieron las olas del mar.
Se alegraron de aquella bonanza, *
y É l los condujo al ansiado puerto.
Den gracias al Seño r por su misericordia, *
por las maravillas que hace con los hombres.
Aclámenlo en laᴗasamblea del pueblo, *
alábenlo en el consejo de los ancianos.
É l transforma los ríos en desierto, *
los manantiales de agua en aridez;
la tierra fértil en marismas, *
por la depravación de sus habitantes.
Transforma el desierto en estanques, *
el erial en manantiales de agua.
Coloca ' allí a los hambrientos, *
y fundan una ciuda d para habitar.
Siembran campo s, plantan huertos, *
recogen cosechas.
Los bendice,
y se multiplican, *
y no les escatima el ganado.
Si mengua n, abatidos por el peso de infortunios y desgracias,
el mismo que arroja desprecio sobre los príncipes *
y los descarría por una soleda d sin caminos
levanta ' a los pobres de la miseria *
y multiplica sus familias como rebaños.
Los rectos lo ve n y se alegran, *
a la maldad se le tapa la boca.
El que sea sabio,
que recoja estos hechos *
y comprenda la misericordia del Señor.

[(MÚSICA)]