Salmo 5


Seño r, escucha mis palabras, *
atiende a mis gemidos,
haz caso de mis gritos de auxilio, *
Rey mío Dio s o.
A T te suplico , Señor; *
por la mañana escucharás mi voz,
por la mañana teᴗexpongo mi causa, *
y me quedo aguardando.
Tú  no eres un Dios *
que ame la maldad,
ni el malvado es tu huésped, *
ni el arrogante se mantieneᴗen tu presencia.
Detestas a los malhechores,
destruyes a los mentirosos; *
al hombre sanguinario y traicionero lo aborrece ' el Señor.
Pero yo , por tu gran bonda d, entraréᴗen tu casa, *
me postraréᴗante tu templo santo con toda reverencia.
Seño r, guíame con tu justicia,
porque tengo enemigos; *
alláname tu camino.
En su boca no hay sinceridad, *
su corazó n es perverso;
su garganta es un sepulcro abierto, *
mientras halagan con la lengua.
Que se alegre n los que se acogen a Ti , con júbilo eterno;
protégelo s, para que se llenen de gozo *
los que aman tu nombre.
Porque Tú , Seño r, bendices al justo, *
y como un escudo lo rodea tu favor.

(MÚSICA)