Salmo 11


Sálvano s, Seño r, que se acaban los buenos, *
que desaparece la lealta d entre los hombres:
no hacen más que mentir a su prójimo, *
hablan con labios embusteros y con doblez de corazón.
Extirpeᴗel Seño r los labios embusteros y la lengua fanfarrona *
de los que dicen:
«la lengua es nuestra fuerza,
nuestros labios nos defienden, *
¿quié n será  nuestro amo?»
El Seño r responde:
«Por la opresión del humilde , por el gemido del pobre , yo me levantaré *
y pondré a salv al que lo ana.»
Las palabras del Seño r son palabras auténticas, *
como plata limpia de ganga , refinada siete veces.
Tú  nos guardará s, Señor, *
nos librarás para siempre deesa gente:
de los malvados que merodean *
para chupar como sanguijuelas sangre humana.